"Si no has hecho cosas dignas de ser escritas, escribe al menos cosas dignas de ser leídas".
Giacomo Casanova

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18 de noviembre de 2011

Bar Sport (XII)


Traducción del libro Bar Sport, de Stefano Benni
(Feltrinelli, Milan, 1997)
 

El abuelo del bar

El abuelo del bar, cuando entras, está siempre de espaldas.

Mira la televisión. Normalmente la televisión está apagada, pero él mira de todas formas y ríe.

Eso quiere decir que está completamente ido.

No importa.

El abuelo del bar lleva siempre chaqueta y corbata. La corbata es un poco vieja: con los años se ha puesto dura como el hielo debido a las manchas de salsa y toscano[1].

Cuando el abuelo camina, la corbata emite el típico sonido de hojalata.

Algún que otro abuelo, cuando lo asalta un malhechor, se quita la corbata del cuello y lo apuñala. Sólo atracan a los abuelos que llevan pajarita.

Dentro del abuelo está el toscano. Un toscano de abuelo es como un iceberg: la superficie visible es sólo un cuarto: el resto está dentro de la boca del abuelo.

A veces el abuelo fuma con la boca cerrada: la presencia del toscano se revela sólo por el pestazo.

Un toscano no se apaga nunca. Puede estar en el bolsillo incluso dos días. Cuando el abuelo lo saca del bolsillo, le da una chupada y se reenciende.

El abuelo del bar está lleno de ingenuidad y de catarro.

De vez en cuando, entre las mesas, se oye un rumor característico: KKKRRROOOAAARRRKKK. Es el gargajeo del abuelo.

En ese momento, los parroquianos más avispados se ponen a salvo detrás del mostrador, o sobre los árboles.

El gargajeo es como el trueno. Es una advertencia. Llegará el rayo: el escupitajo del abuelo. Cuatro abuelos gargajeando hacen más ruido que la salida del gran premio de Monza.

Pero esto no es nada.

El abuelo, después del gargajeo, mira alrededor. Mira dónde escupir. Después lanza. El dueño del bar llora.

A las cinco el abuelo enciende la televisión y mira la Tv para los niños. Le gusta muchísimo, aunque a menudo no entiende.

El resto, en realidad, lo odia. Todo. Del Carrusel[2] al Telediario.

El abuelo mira la televisión y profiere terribles amenazas. Insulta a los presentadores y grita a las locutoras de continuidad[3]. Algunas veces parece incluso que va a vomitar. Pero si la televisión se pone con rayas, enloquece.

Empieza a hablar de conjura. Se levanta. Gira todos los botones y termina casi siempre por desenchufarla con un pie. Muerde a cualquiera que intente acercarse al televisor. Sólo el electricista puede estar cerca. Le hace dos caricias, lo calma y arregla el televisor.

Entonces el abuelo vuelve a sentarse.

Y comienza a refunfuñar de nuevo.

El abuelo odia todas las discusiones de deporte. Cuando nota que se avecina una, eleva el volumen al máximo, y se pone a medio metro del aparato.

Si alguien le dice cualquier cosa, se finge sordo. En realidad, si alguien mastica chicle al fondo, él se gira y le manda parar.

El abuelo odia sobre todo dos cosas: los helados y a Merckx.

Los helados porque es muy goloso, pero no consigue nunca comer uno sin acabar con el palito en la mano y el resto precipitado en la bragueta. Asegura que las marcas no hacen helados, sino máquinas diabólicas para ensuciar a los abuelos.

Su sueño sería un helado que caminase solo hacia su boca.

Odia a Merckx porque no quiere que se lo compare con Pozzi. Apenas oye la palabra Merckx enseña los dientes en una mueca agresiva. Después dice: “¡Pero qué Merckx! En mis tiempos sí que había corredores”.


[1] Cigarro puro.
[2] Programa de televisión italiano que se emitió en la primera cadena de la RAI desde 1957 hasta 1977. El espacio se caracterizaba por la emisión de sketches protagonizados por actores o personajes animados que concluían con la promoción de un producto, y fue el primer espacio publicitario en la historia de la televisión italiana.
[3] Locutoras de televisión que presentaban los programas que iban a emitir a continuación.

2 comentarios:

Raul Rentero dijo...

guau, está descrito a la perfección, por la España rural puedes encontrar a muchos abuelitos como este
un saludo
Raúl
maestrazgomagico.blogspot.com

Sir John More dijo...

Y que lo digas, Raúl, aunque cada día quedan menos. Habrá que leer la actualización de este libro (Bar Sport 2000), que Benni publicó para hablar de personajes más actuales... Bienvenido.