Hallar las piezas de lado recto y componer el marco, y ya estamos listos para zambullirnos en el montón y desenterrar una a una las baldosas que nos conducirán a un mundo nuevo; y ¿qué importa que luego ese mundo pueda ser interpretado de tantas formas como ojos lo contemplen? El placer que hemos obtenido al acariciar cada pequeña porción de esa nueva historia se queda en nosotros para siempre, revoloteando en nuestra carne mientras las piezas del rompecabezas se engarzan bailando entre nuestros dedos.
Cada detalle, cada pequeña línea, la más desvaída de las sombras, el tono más invisible conduce a nuestros ojos al rincón adecuado del mundo, y reconocemos así la importancia de cada minúscula porción del decir, y el modo en que la expresión es un tejido microscópico en cuya trama anidan universos. El tamaño de este trazo, la intensidad de aquella figura, la conexión misteriosa entre este color y aquel otro, todo va surgiendo en el lento ir y venir de las piezas, y empiezan a surgir emocionantes siluetas, rostros inesperados, gestos y movimientos, lágrimas, entusiasmos, golpes, traiciones… Con minuciosidad feliz, recomponemos lo incomprensible, el dulce caos extranjero, palpando cada indicio con paciente ternura, preguntándole a nuestra propia vida sobre cada término, cada acento, cada intención, restaurando instante por instante las tardes de lluvia de otros. Nos tendemos para que, sobre nuestros temblores, leyendas ajenas crucen en nosotros el puente de la incomprensión. En una traición meticulosa, en una amorosa traición…
12 comentarios:
Un texto muy sereno en un Ahora diferente.
Hay que recuperar la calma, querido amigo.
Un abrazo.
Llego hasta aquí siguiendo los pasos de Lula, y aquí me quedaré también para disfrutar de prosa como esta.
Saludos
Felicidades a los dos en la nueva anadura.
Vaya, por primera vez soy la primera en algo.
Un abrazo
Sean ambos bienvenidos a esta su casa. Espero no defraudarles con nuestros arrebatos...
En fin, estaremos pendientes de vuestras nuevas publicaciones.
Abrazos para ambos...
Unas traiciones muy edificantes. Pero, ¿perderán así su sentido original?
Gran texto.
Un saludo.
Más bienvenidas, y mucha alegría de ver que la fiesta se anima... Por otro lado, amigo Fernando, creo que se trata de traicionar lo menos posible a los traducidos, y por otra parte de traicionar lo más posible al mundo y a sus normas. Y divertirse, claro... Abrazos a ambos.
"Traduttore, traditore."
Os seguiré con interés, la cosa pinta bien. Un beso
Muy interesante vuestro duo.
Un besito
Espero que esa palabra no falte aquí, en casi todos sus sentidos: interés. Besos para ambas.
Un abismo convoca otro abismo, traición llama a traición, eis qui sine peccato est vestrum primus in illam lapidem mittat...
Enhorabuena y abrazos
Bueno, Sean, aquí pedradas las precisas. En todo caso entre los dos traidores principales... :-)
Un abrazo.
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