"Si no has hecho cosas dignas de ser escritas, escribe al menos cosas dignas de ser leídas".
Giacomo Casanova

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21 de enero de 2010

Il bar sotto il mare


No se si me creeréis... con este prometedor inicio echa a andar el libro de cuentos IL BAR SOTTO IL MARE, de Stefano Benni, en el que el narrador de la historia, persiguiendo a un misterioso y elegante caballero por el puerto, acabará sumergido en un extraño bar, donde unos no menos extraños personajes le contarán sus relatos.

Para Benni, el bar es un lugar de encuentro que guarda la esencia de las reuniones de antaño en torno al fuego y las viejas leyendas que contaban los abuelos. Lugar de encuentro y narración, que ofrece la posibilidad de recuperar lo que en la sociedad actual ha desaparecido: la capacidad de escuchar.

El variopinto grupo de personajes que se reunen en el fondo marino - el camarero, el marinero, la señorita del sombrero, el hombre de la cicatriz, el enano, el perro, la pulga del perro...- tienen historias increíbles que contarnos. Historias que golpearán nuestra percepción de la realidad, que desafiarán nuestra imaginación y que nos exigirán un delicado e inteligente sentido de humor.



Stefano Benni habla de lieto pesimismo (alegre pesimismo) en sus cuentos. Y si bien es cierto que podemos encontrar con facilidad esta melancolía o añoranza de otros tiempos, yo más bien hablaría de vitalismo. Un vitalismo que se agarra al sentido de humor como única tabla de salvación. Tal vez, como el propio Benni dice con palabras de Passolini: Io non ho speranza ma sono en disposizione di dare speranza a qualcuno (Yo no tengo esperanza pero estoy en disposición de dar esperanza a cualquiera).


A veces desordenado, siempre excesivo -incluso en su salvaje pelambrera- cercano a cierto realismo fantástico, el autor nos hace cómplices de su ficción para sentirse libre de contar lo que quiera. Para hacer que Matu- Maloa, una ballena de los mares del sur, se enamore tiernamente del atildado capitán Charlemont y éste sea capaz de abandonarlo todo por amor.

Para hacernos revivir, con ecos felinianos, las tardes de infancia en el cine con El pornosabato dello Splendor (El pornosábado del cine Esplendor).

Para enamonarnos definitivamente con La storia de Pronto Soccorso y Beauty Case, dos adolescentes de nombre imposible que permanecerán para siempre en nuestra memoria, entre lametazos de helado y motos trucadas.

Pasen y vean.

6 comentarios:

Ra dijo...

Qué buenísima pinta, Lula. Ese escenario que describes es húmedo y acogedor.
Pregunta tonta: ¿tenemos tradución? ¿tuya? :)

Apunto, gracias!

Ra dijo...

"traducción"... llevo unos días que no sé si me como las teclas yo, o el teclado ;D

Fernando García Pañeda dijo...

Bares... qué lugares... ma non sa l'italiano :(

Lula Fortune dijo...

Bueno, dejaremos que el Señor More haga algo ¿no? jajajaja que además de tener esta casa como una patena es un "traidor" de mucho cuidado. En breve, en breve, la traducción del primer cuento. Permanezcan atentos y muchísimas gracias por venir.
Besitos.

Sandro dijo...

Ya me teneis enganchado...
Gracias

Sir John More dijo...

Ya sabía yo que al final este blog acabaría siendo un blog de enganchados para enganchados... Je, je... Un besazo, mi buen Sandro.